La bomba que soltó Cristiano nada más acabar la gozosa final de Kiev aguó la fiesta y provocó un profundo malestar en el seno del club blanco. La frase “fue bonito estar aquí; daré una respuesta en días” provocó un desconcierto absoluto, incluidos los propios compañeros de vestuario. La conclusión era clara: “No era el día”.
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